VINO DE GOZO Y VINO DE SALVACIÓN.
Segunda pregunta: Cuando María le señaló a Jesús que no tenían vino en la boda de Caná
¿Tiene esto alguna relación con que la sangre del Señor es como el vino del
Nuevo Pacto consumido en la última cena?
Querido hermano:
Dicho de otra forma usted plantea una
hipótesis y es que entre el vino de las
bodas en Caná de Galilea y el vino de la última cena del Señor con Sus
discípulos hay una relación o significado común. Creo que no es así y lo
demostraré examinando los propósitos de los distintos elementos que conforman
el texto aludido, que es el siguiente:
“1 Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y
estaba allí la madre de Jesús. / 2 Y fueron también invitados a las bodas Jesús
y sus discípulos. / 3 Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen
vino. / 4 Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora.
/ 5 Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere. / 6 Y estaban
allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de
los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros. / 7 Jesús les
dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. / 8 Entonces
les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron. / 9 Cuando
el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo
sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo, / 10 y le
dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho,
entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora. / 11 Este
principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y
sus discípulos creyeron en él. / 12 Después de esto descendieron a Capernaum,
él, su madre, sus hermanos y sus discípulos; y estuvieron allí no muchos días.” (San Juan 2:1-12)
1)
El propósito
de escribirlo. Este hecho se relata sólo en el Evangelio de San Juan. ¿Por qué
el evangelista registró este evento? Para comprenderlo debemos recordar el
propósito de su Evangelio: “30 Hizo
además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no
están escritas en este libro. / 31 Pero éstas se han escrito para que creáis
que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en
su nombre.” (San Juan 20:30,31)
Por lo tanto, el escritor da cuenta de ello para que creamos que Jesucristo
es el Hijo de Dios, Salvador, y para que teniendo fe en Él seamos salvos.
2)
El propósito
del milagro. El milagro de convertir el agua en vino es, según San Juan,
“principio de señales”, es decir una de las primeras muestras de Su poder y
Persona. Es la primera señal de que Él es el Cristo. Por eso este Evangelio la
ubica en su segundo capítulo, prácticamente al comienzo del libro.
3)
El propósito
de las señales. Una “señal” para San Juan es una demostración de poder divino y
una revelación de la naturaleza del Mesías, tienen un significado más profundo
del acto. En este caso convertir el agua en vino es, (1) además de señal de poder
divino, (2) revelación del gozo y la satisfacción plena que da Dios a Sus
hijos.
4)
El propósito
del vino en este relato. La mención del vino en este episodio ¿tiene alguna relación con la
sangre del Señor? Más bien se relaciona con aquellos textos de Antiguo
Testamento que hablaban de la era mesiánica que sería un tiempo en que el vino
fluiría con abundancia, como lo comprueban estos versículos:
a) “Y vendrán con gritos de gozo en lo alto de Sion, y correrán al
bien de Jehová, al pan, al vino, al
aceite, y al ganado de las ovejas y de las vacas; y su alma será como huerto de
riego, y nunca más tendrán dolor.” (Jeremías
31:12)
b)
“Volverán y
se sentarán bajo su sombra; serán vivificados como trigo, y florecerán como la
vid; su olor será como de vino del
Líbano.” (Oseas 14:7)
c)
“He aquí
vienen días, dice Jehová, en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador
de las uvas al que lleve la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se
derretirán.” (Amós 9:13,14)
5)
El propósito
del vino ritual en el Antiguo Pacto. El vino en el Antiguo Testamento
representa la alegría de la vida y todos los dones dados por Dios a Su pueblo.
Cuando los hombres beben vino, aunque no se emborrachen, se alegran y animan.
En la bendición de Isaac a su hijo, le dice: “Dios, pues, te dé del rocío del cielo, / Y de las grosuras de la
tierra, / Y abundancia de trigo y de mosto.” (Génesis 27:28) El vino de la
última cena es el vino ritual de la fiesta del “Seder Pésaj”, festividad en la que los judíos conmemoran la
salida de Egipto relatada en el libro bíblico de Éxodo (Éxodo 12:37-42). Jesucristo
celebra esa fiesta con Sus discípulos y en medio de ella toma la copa y le da
un nuevo sentido al vino.
6)
El propósito
del vino ritual en el Nuevo Pacto. “El Señor Jesús, la noche que fue
entregado...” decimos en la Santa Cena: “Asimismo
tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo
pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de
mí. / Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa,
la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.” (1 Corintios 11:25,26) Desde ese momento el vino pasó a significar
SU SANGRE, la que nos trae la verdadera alegría.
7)
El propósito
de la palabra “vino” en este texto. El versículo 3 del texto en
cuestión narra: “Y faltando el vino, la
madre de Jesús le dijo: No tienen vino.” En estas palabras no hay figura
retórica alguna. Lo que la madre de Jesús está diciendo es sólo eso, No tienen vino. De acuerdo a la regla
hermenéutica que dice “Es preciso, en cuanto sea posible, tomar las palabras en
su sentido usual y ordinario”[1],
tendríamos que entenderlas en forma absolutamente literal, aunque algún
predicador “inspirado” pudiese suponer otros significados poéticos, como que:
a) El mundo está privado del vino que sólo Jesús puede dar; b) Se inicia el
Evangelio con el agua convertida en vino y finaliza con el vino convertido en
sangre; c) Las bodas de Caná son un presagio de la Cena del Señor; y todo tipo
de imaginativas pero fantasiosas interpretaciones. En verdad, al hacer ese tipo
de reflexiones, estamos alterando y añadiendo a la Palabra de Dios y fallando
en aquello que dice: “Toda palabra de
Dios es limpia; El es escudo a los que en él esperan. / 6 No añadas a sus
palabras, para que no te reprenda, Y seas hallado mentiroso.” (Proverbios 30:5,6) y “Y si alguno quitare de las palabras del
libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida...” (Apocalipsis 22:19)
CONCLUSIÓN.
1)
La palabra “vino” utilizada por la madre de Jesús está referida
exclusivamente a la bebida y no como símbolo. En la institución de la Cena del
Señor no se pronuncia la palabra “vino”, sino que se habla de “la copa”, “mi
sangre” (la sangre del Señor) y la bebida que resulta del “fruto de la vid”: “26 Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y
bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi
cuerpo. / 27 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo:
Bebed de ella todos; / 28 porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por
muchos es derramada para remisión de los pecados. / 29 Y os digo que desde
ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba
nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.” (San Mateo 26:26-29) Es decir que la copa con el vino son un símbolo
de la sangre derramada en la cruz por Jesucristo en beneficio de la Humanidad
pecadora, estableciendo un Nuevo Pacto con el ser humano, un acuerdo
consistente en creer en Él y Su sacrificio, arrepintiéndonos de nuestros
pecados, los que Él perdona por puro amor y gracia.
2)
En cierto modo el vino de las bodas de Caná es el vino de la
alegría que disfruta todo redimido por la sangre de Jesús y cuya plenitud
gozaremos en la eternidad. Él transforma el agua insípida, desabrida, en
agradable vino nuevo para todo aquel que cree.
Esperando
que esta respuesta satisfaga su inquietud, le saludo fraternalmente, ¡Dios
bendiga su vida!
[1]
“Hermenéutica”, Reglas de Interpretación de las Sagradas Escrituras; Dr. E.
Lund; Editorial Vida, 1968.
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