LLAMADO A SER DISCÍPULO DE JESÚS.


“16 Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. / 17 Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. / 18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. / 19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; / 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” (San Mateo 28:16-20)
Muerto Judas por suicidio, quedaron once discípulos de Jesús. El Maestro, resucitado les había ordenado a ellos que se dirigieran a Galilea: “Después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea” (San Mateo 26:32). Así es que, obedientes, se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. Es preciso aclarar que se reunió con Sus discípulos tanto en Galilea como en Jerusalén, pero lo hizo en tiempos diferentes.
Después de Su resurrección estuvo en la Tierra 40 días: con Sus apóstoles en Jerusalén y cinco semanas después, con siete de Sus discípulos en el Mar de Tiberias en Galilea (San Juan 21:1-14); luego con los once en un monte en Galilea que Jesús les había señalado anteriormente.
Tiempo después de estas reuniones en Galilea, Jesús y Sus discípulos viajaron de regreso a Judea, donde Él ascendió al cielo desde el Monte de los Olivos cerca de Betania (San Lucas 24:50-53; Hechos 1:9-12).
Cuando le vieron, le adoraron, pues ya sabían que Él era el Hijo de Dios, resucitado, vencedor de la muerte. ¿No haría usted lo mismo ante un Hombre que es Dios? Sin embargo, tal como ahora, algunos dudaban. Entonces Jesús se acercó a ellos y les habló:
“Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.” A Jesucristo, Dios le ha delegado todo poder y autoridad en el universo. Es muy necesario reconocer este hecho. Jesús es más que un Santo, es más que un Maestro, es más que un Fundador de una gran religión. Él es Dios. ¿Cree usted esto?
Lo que luego ordena se desprende de la afirmación anterior. Si usted no cree que Jesús es Dios mismo hecho Hombre, el Resplandor de Dios Padre, no se sentirá llamado a obedecer lo que sigue, pues la obediencia viene del creer. La fe produce obediencia. Y así dice Jesús:
“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” Por todo el mundo se ha de extender el mensaje de Jesucristo, haciendo nuevos discípulos de Él. Yo soy un discípulo del Maestro Jesús, desde el día en que creí en Él y me salvó de mi antigua manera de vivir. Bautizarme en las aguas fue mi modo de declarar la fe que tenía en el corazón y de expresar al mundo y a la Iglesia que ahora soy un discípulo de Jesucristo.
Ser discípulo significa someterme a la voluntad de Jesucristo y sujetarme a un hermano maduro en la fe, para aprender y obedecer todas las cosas que Jesús ha mandado. En mis años de discípulo he aprendido muchas cosas y el Espíritu Santo ha cambiado paulatinamente mi modo de pensar, sentir y actuar, quitándome defectos y poniendo Sus virtudes. Pero aún queda mucho por cambiar en mi persona. No nos desanimamos en este Camino, ya que no estamos solos. Él nos acompaña día a día y nos da la fuerza para tener victoria sobre nuestras debilidades, las tentaciones del mundo y los sufrimientos de la vida, porque así Jesús lo prometió a Sus discípulos:
“He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”
¿Quiere usted ser discípulo o discípula de Jesucristo?

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