NUESTRO SIGLO
¿Qué significa ser testigo de mi tiempo? Podemos entender
tiempo como época, entonces soy un testigo de mi época. Testigo es uno que ve
algo, lo observa y da cuenta de ello, da testimonio. Por eso digo que soy
testigo de mi tiempo, porque doy testimonio de él.
¿Y cómo ha sido la época que a usted y a mí nos ha tocado
presenciar y vivir? No la calificaremos con adjetivos positivos ni negativos;
solamente enumeramos los principales hechos ocurridos en ella o, por lo menos,
los que más nos han impactado, como éstos:
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Llegada
del hombre a la Luna y conquista del espacio estelar.
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Caída
del muro de Berlín; caída de la Unión Soviética, el régimen comunista y muerte
de Fidel Castro.
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Revoluciones socialistas en Latinoamérica.
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Dictadura
militar en mi país y otros.
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Desarrollo
de la tecnología informática, la Internet y nacimiento de la realidad virtual.
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Movimientos
eclesiales: el ecuménico y el apostólico.
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Unión
europea bajo una sola moneda, el euro.
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Radicalización
del Islam y persecución de cristianos.
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Liberación
y aceptación de la homosexualidad, el lesbianismo y la transexualidad.
Podemos ser testigos pasivos o activos, indiferentes o
críticos, aceptadores o no de la realidad que observamos y en la cual estamos
inmersos. Es indudable que como cristianos siempre tendremos una opinión, aunque
a veces callaremos, por prudencia, frente a una sociedad que piensa diferente. En
el mundo hay distintas maneras de pensar, aún entre los mismos creyentes. Sin embargo
el Evangelio es una voz moral y profética que nos invita a vivir de acuerdo con
valores tan elevados como el amor, la paz, la fe, la esperanza. Podemos tener opinión pero en
la sociedad finalmente la decisión será de las mayorías y del estado.
Llama la atención que en los primeros tiempos del
cristianismo, no fuese preocupación de los creyentes luchar contra la
esclavitud ni imponer un modo distinto de gobierno. Tampoco los apóstoles
aspiraron a lugares de autoridad ni cargos gubernamentales para hacer venir el
Reino de Dios, sino que sólo se empeñaron en transmitir el mensaje del
Evangelio. Ellos sabían que lo primordial era cambiar las almas de las personas,
que todo cambio se inicia en lo profundo del corazón. Si el alma de la gente se
llena de Dios, fluirá el amor verdadero y podrá haber una real transformación
de la sociedad.
Ser testigos de nuestro tiempo es ser capaces de vivir el
Evangelio, deponiendo todo egoísmo y amando al que sufre, aún a riesgo de
nuestra vida.
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